El Tablón 2002 - Primer Semestre
- Índice de autores -
Aki Sanz - Cádiz, España

Alfonso Cisneros Cox
- Lima, Perú

Ali Al Haded
- Buenos Aires, Argentina

Álvaro Quintero Mejía
- Cádiz, España

Ana Pérez Cañamares
- Madrid, España

Andrés R. Blanco
- Madrid, España

Ángel García Santos
- Valencia, España

Beatriz Ruth Martínez
- Córdoba, Argentina

Beto Quelhas
- São Paulo, Brasil

Carlos A. Avilés
- San Germán, Puerto Rico

Carlos Fleitas
- Montevideo, Uruguay

Suprimido por deseo del autor


El poeta de Echesortu - Buenos Aires, Argentina

Eldo
- Huesca, España

Enrique Sanmol
- Valencia, España

Esmeralda Loyden
- Ciudad de México, México

Euzkera
- Jalisco, México

Fabiola Piñol
- Zaragoza, España

Félix Arce Araiz
- Soria, España

Gabriel Montagné Láscaris
- San José, Costa Rica

Gloria Benítez
- Buenos Aires, Argentina

Hugo Tribaldo
- Jaen, España

Ignacio Maya Romero
- San Luis Potosí, México

Iván Moratilla
- Madrid, España

Janeiro
- Michoacán, México

Jorge Martínez Ruiz
- Morelos, México

José Llaneza
- Asturias, España

José Martel Moreno
- Las Palmas de Gran Canaria, España

José Turull Bargués
- Buenos Aires, Argentina

Josemi Blanco
- Tarragona, España

Ka
- Panamá, Panamá

Karlenga
- La Pampa, Argentina

Ksh
- Lisboa, Portugal

Liliana Ortiz
- Buenos Aires, Argentina

Mahonrry Hidalgo
- New Jersey, Estados Unidos

Manuel López Gil
- Madrid, España

Mar
- Zaragoza, España

Maramín
- Valencia, España

Marcelo Gobbo
- Buenos Aires, Argentina

María Auxiliadora Ramírez
- Miranda, Venezuela

María Teresa Cabal
- Santa Fé, Argentina

Max de Gorbitz
- Lima, Perú

Méliès
- Sevilla, España

Mestre Egidio
- Pará, Brasil

Miguel Lorenzo
- Montevideo, Uruguay

Mirta Urdiroz
- Buenos Aires, Argentina

Nanook
- Sevilla, España

Nereida García
- Santo Domingo, Rep. Dominicana

Palmira
- Valencia, España

Pascal Quero
- Francia

Rafael García Bidó
- Santo Domingo, Rep. Dominicana

Raijo
- Murcia, España

Sergio García Clemente
- Santa Cruz de Tenerife, España

Setsufu
- Madrid, España

Soledad Jiménez Zubillaga
- Ciudad de México, México

Sylvia Simonet
- Salto, Uruguay

Wanda Rzonscinsky
- Buenos Aires, Argentina

Xalethia
- Ciudad de México, México

Yeisy
- Miranda, Venezuela

Zeco
- Buenos Aires, Argentina


Nº de autores: 60
Nº total de autores que participaron en la preselección: 77


Arriba

Aki Sanz
(Cádiz, España)




En la azotea,
la ropa maltratada
bajo la lluvia.



Un perro enfermo,
con tres patas pasea
sin rumbo fijo.



Las garzas alzan
el vuelo, la ribera
se vuelve gris.



Unos geranios,
el aire estremecido:
un mismo aroma.



El monte espeso;
animal habitado,
corazón vivo.



El correlimos
se persigue a sí mismo
frenéticamente.

(correlimos: ave de patas cortas que habita en las marismas de la baja Andalucía y recorre las orillas fangosas con gran rapidez en busca de larvas e insectos)




Arriba

Alfonso Cisneros Cox
(Lima, Perú)




Cangrejos rotos
la luz los deshace:
arena fina.



Desnudo techo
extraños quehaceres
de la araña.



Río detenido
frente al mar se han posado
dos orillas.



Entre la niebla
viaja una ola
que nadie ve.



La lámpara de brea
el jarrón de vino
la puerta abierta.



Tarde calurosa
los hombres callados
dicen lo mismo.




Arriba

Ali Al Haded
(Buenos Aires, Argentina)




"Retroalimentación"

Trigo, campo, siembra.
Enero el sol...
¡tierra resucita!



Hijo cosechando.
Raíz creciendo...
¡sueños de un poeta!



Alma de un río.
El espejo y la sombra...
¡misericordia!



Años idos.
Herencia rebrota
en los campos de trigo.




Arriba

Álvaro Quintero Mejía
(Cádiz, España)




Moneda de ciego:
Ulises del asfalto.
Tiempo recobrado.



Tarde, es tarde.
Croar en el estanque.
Luna del poniente.



Arroz y lumbre
el invierno duerme
crece el sauce.



Línea y aire
un pájaro muere
la tarde hiede.





Ana Pérez Cañamares
(Madrid, España)




no conocer
y conocer: de eso
sabe el roble



invierno: el campo
por la resurrección
reza en silencio



no cae de arriba
viene de todos lados
la lluvia fina



setas de otoño:
el monte rezumando
imaginación



cielo y vencejos:
agujas que enhebran
el atardecer



abre paréntesis
tañido de campanas
cierra paréntesis





Andrés R. Blanco
(Madrid, España)




Silencia el grillo
su canto en la ventana.
La noche duerme.



Calienta el sol.
En la pared, inmóvil,
la lagartija.



Sol de febrero.
El almendro florece.
Blanco esplendor.



Sobre la tierra
las flores del otoño:
jarrón deshecho.



Tu beso escribe
su página de rosas
sobre mis labios.



Anciano, dime:
tu barba y tus arrugas,
¿son sólo tiempo?





Ángel García Santos
(Valencia, España)




Dulce tormento:
no alcanzo a recordar
cuánto te quiero.



Tu lloro acerbo
y esa dulce sonrisa
que llevo dentro.



Señor eterno,
tu palabra retumba
en mi silencio.



No te atormentes,
para poder hallarte
has de perderte.



¡Que no lo entiendes?
¿Quieres que lo repita
más quedamente?



Te tengo dentro
y cuanto más te busco
menos te encuentro.





Beatriz Ruth Martínez
(Córdoba, Argentina)




"Palabras para soñar"




Hojas doradas.
Habita en mi corazón
esa nostalgia.



Paz anhelada.
Sobre el mundo vivo
¡vuela paloma!



Bichitos de luz.
Sonidos del silencio.
La paz se instala.



Noche serena.
¡La luna se sonroja!
¡amo la vida!



¿Agujas de vidrio?
¿Lágrimas del cielo?
Cae la lluvia.



Colores varios.
Piruetas en las flores.
¡Mi mariposa!





Beto Quelhas
(São Paulo, Brasil)




el sol se abre
tantas bocas
también



ondas te desnudan
conchas aplauden
el mar te canta



por amor coseché
dulces manzanas
en frágiles limoneros



en la duda
sigue a las mariposas
ellas saben



hermosa
es la nieve
pero se derritió



"el perro"

me observa
oscila el rabo
- ¡yo existo!





Carlos A. Avilés
(San Germán, Puerto Rico)




"Meteoro"

Es una lágrima
derramada en la noche,
fugaz estrella.



"Eclipse"

Dragón de estrellas
devorando la luna,
frío nocturno.



"Luna de Chesire"

Sonrisa de luz,
navajazo en el cielo
de mí se burla.



"Lirio"

Clavado en agua,
corona de púrpura
decora el puñal.



"Entrega"

Eclipse total
entre brumas perdidos
humedad nuestra.



"Postludio"

Flor deshojada
jardinero dormido
eterna noche.





Carlos Fleitas
(Montevideo, Uruguay)




viento de verano
junto pétalos de rosa
y los dejo ir



en el patio
una visita inesperada
hydrangea en flor



año nuevo
empapado de rocío
el sol en una gota



ventana abierta
el cielo de otoño
en mi almohada



en Kamakura
a los pies del gran Buda
duerme la luna



cielo despejado
ayer lluvia y niebla
tiempo de partir





Suprimido por deseo del autor






El poeta de Echesortu
(Santa Fé, Argentina)




Traza corazón
un haz de luz serena
en el espacio.



Devuelve el tiempo
horas con los colores
de nuestras manos.



Las flores miran
al sol, lo reflejan en
belleza plena.



Ordenadores
del mundo en silencio
unen distancias.



Mujer pulso de
alas brilla tu amor
mares y cielos.



En tu jardín de
niña belleza vital
nace poesía.





Eldo
(Huesca, España)




Ojos, miradas,
silenciosos deseos,
dedos en llamas...



Los labios susurran,
la piel tiembla y se tensa
asustada.



En la negra noche
maúlla la blanca luna
y el tejado calla.



El bosque atrapa
pinceladas de otoño
entre sus ramas.



Nieve y viento,
hielo en el estanque,
un cisne nada.



Una cascada
derrama primavera
sobre la hierba.





Enrique Sanmol
(Valencia, España)




Calle desierta
farolas tintinean
amaneciendo.



El reencuentro,
detrás de los cristales
crujen los cielos.



Tráfico lento
inunda de rosarios
el pensamiento.



Sombras etéreas
persiguiendo fantasmas
por las veredas.



Lluvia continua
masacra Palestina.
Sin novedad.



Cómo es la vida
apenas la oteamos
y se termina.





Esmeralda Loyden
(Ciudad de México, México)




Huevo de alondra
fragilidad que rueda
sobre la roca



En azul jardín
los jacintos alumbran
al escorpión dorado



A la deriva
la barca se estremece
¡ríen cigüeñas!



En recodos de costa
sirenas diminutas
sueñan quimeras



Lirio en el pasto
ocaso de la hierba
¡melancolía!



Caimán absorto
mariposas azules
pueblan su rostro





Euzkera
(Jalisco, México)




sumo deseo
de verdes tancerolas
sobre tu vientre



encima tuyo
el mar sabe más a mar
lo hemos probado...



abro mi boca
a la voz de tu sexo
te deletreo



tu aliento a espliego
va otorgando estatura
a mis pezones



entre mis piernas
repta tu lengua tibia
ya nada importa...



sobre tus hombros
atando vahos de piel
amanecemos





Fabiola Piñol
(Zaragoza, España)




En su tristeza
la lágrima encierra
el universo.



Agua pura
derrama el alma
llora.



La explosión del alma
contenida en la lágrima
es llanto.



Sentimiento herido
la lágrima oculta
el pensamiento.



Transparenta la luz
brota desde el corazón
la lágrima.





Félix Arce Araiz
(Soria, España)




viento amarillo
meciendo espigas añoras
el mar lejano



noche de estío
nace y muere un relámpago
guardo silencio



lábil vendaval
baila el río en las alas
de la libélula



viejo, solo, triste
cruje el sauce en la ribera
nadie te escucha



ciudad de humo
más allá de mis párpados
mueren los sueños



tras la llovizna
una gota en el charco
me desvanezco





Gabriel Montagné Láscaris
(San José, Costa Rica)




el bus tantea
la paciencia precaria
de mi taxista



Rodri predica
sus amores bárbaros
en la patrulla



de ser posible
en la entrega final
culiarte duro

(culiar: coloquialmente, follar)



tieso el gato
distrae las miradas
de los choferes



el tic de su pie
sacude tu quedita
hendija ansiosa





Gloria Benítez
(Buenos Aires, Argentina)




Sólo las olas
todo pinta soledad
espero por tí.



Hoy bajo mis pies
un manto de rocío.
Jardín de otoño.



Nace la luna
desde el fondo del río,
sensual, desnuda.



Desde lo alto
se desprende una hoja.
Quiebra el silencio.



Haykus traviesos
corren a esconderse
sobre el papel.



Para mis hijos que viven en España:

Voces lejanas
estrujan mi corazón.
Hijos del alma.





Hugo Tribaldo
(Jaén, España)




El cisne canta
solo, por primera vez
antes de morir.



Aquella niña
mitad alboroto
mitad silencio.



No se enfade
con su pistola en mano
usted decide.



Cada mañana
debajo de mi chistera
nace un sol.





Ignacio Maya Romero
(San Luis Potosí, México)




"Misterio"

las olas rompen
sus calladas lágrimas
¿qué nos esconden?



"Infancia"

los girasoles
tiernos niños insomnes
entre las flores



"Felicidad"

al mediodía
hinchadas de alegría
las buganvillas



"Luna"

pedazo de luz
meces mi pupila
columpio eterno



"Idea"

como paloma
vuela mi pensamiento
tras de la loma



"Sueño"

barcas dormidas
enmedio de la bruma
he despertado





Iván Moratilla
(Madrid, España)




Rastros trepados,
en el cielo, encumbrado,
duermo en tus labios.



Ciego de verte,
sordo de escucharte,
muero al perderte.





Janeiro
(Michoacán, México)




Silueta leve
crisálida que vuelas
y cedes seda



No basta verte
mejor imaginarte
en piel desnuda



Tu voz de nuevo
como sol que hoy nace
ilumina el día



Con gala fina
rodeo tu cintura
te envuelvo mía



Junto a tus senos
ni necesito alas
vuelo sin miedo



Diva mineral
absorbes fantasías
envuelta en plata





Jorge Martínez Ruiz
(Morelos, México)




Lluvia de enero,
un murmullo de gotas
en la hojarasca.



En el corazón,
por qué melancolía
si sólo llueve.



Bebes y dejas
en el vaso un beso
que me bebo yo.



Grillo nocturno,
un cantar que acompasa
al pensamiento.



La mariposa,
de alas húmedas aún,
en la telaraña.



Conmueve,
la fragancia de jazmín,
tambien al tonto.





José Llaneza
(Asturias, España)




Alta montaña,
praderas del cielo
y una cabra.



Refugio de piedra,
fuerte viento,
caminante a la espera.



Lágrima de luna,
fuego de noche,
estrella fugaz, una.



Calma el alma...
sólo hay silencio,
viene el alba.





José Martel Moreno
(Las Palmas de Gran Canaria, España)




Ni yo soy tú,
por mucho que lo quiera(s),
ni tú eres yo.



Oro es el sol;
mas la luna refulge
como la plata.



Quien contamina
el agua de los ríos
es un villano.



Ni una palabra.
Tan solo una mirada
triste y profunda.



La bailarina,
con su rítmico andar,
te deleitaba.



No tiene imagen.
Voz, zarza ardiente, trueno...
Es polimórfico.





José Turull Bargués
(Buenos Aires, Argentina)




Si amas mucho
puedes pretender también
que mucho te amen.



Aprende a sorber
poco a poco de tu amor
para que dure.



El amanecer
comienza un nuevo día
aprovéchalo.



Lluvia del cielo
riega las lindas flores
que nos alegran.



Si sientes amor
sórbelo muy despacio
mientras tú vivas.



Por mucho correr
no adelantas el tiempo
sólo te cansas.





Josemi Blanco
(Tarragona, España)




Triste palmera
ahogada de yedra;
bajo el cielo azul.



Viejo magnolio;
perdura de tu flor
el olor en mí.



Risas de niños.
Jugando en el jardín,
mil mariposas.



Austera encina,
acogedora sombra,
remanso de paz.



...Y quien aún se interrogue
por el sexo de los ángeles...
contemple orquídeas.



Tormenta en el mar.
Adentrándose en tierra,
blancas gaviotas.





Ka
(Panamá, Panamá)




Cerré el teléfono.
Me despedí del amor
y lloré.



Mi madre ríe,
tiempos de felicidad
que duran poco.



Mar agitado,
él también te observa
con tal ansiedad.



Sólo espero
volver a ser tu mujer
bajo la luna.



El coral corta
con filo la piel blanda,
sangra mi alma.



La luna nace
cerca de tu morada:
estás muy lejos.





Karlenga
(La Pampa, Argentina)




momento eterno
tu mirada y la mia
sentimiento profundo



espejismo
reflejo acuático
imaginacion





Ksh
(Lisboa, Portugal)




en este aliento
que columpia mi vida
hoy me detengo



llega marea
al castillo de arena
besos de espuma



en tronco seco
busca la luz
hoja verde



pez volador
tu prisión escapas
por un instante



frágil respiro
navega horizontes
¡mi vida!



gota de lluvia
en semilla paciente
¡desierto florece!





Liliana Ortiz
(Buenos Aires, Argentina)




Espuma dormida
bosteza caracolas
en arenas mansas.



Un ave en vuelo
alas tornasoladas
el cielo abraza.



Sentirme un árbol quisiera
para danzar con la brisa
aferrada a la tierra.



Velo de nubes
desnuda la luna
en noche calma.



Raíces profundas
atesoran perlas de agua
que dan vida a su fronda.



Brotes de manzano
despliegan sus brazos
adorando al sol.





Mahonrry Hidalgo
(New Jersey, Estados Unidos)




Ven...el mar llora:
la espuma me trajo
una lágrima



Piedra de ninfa,
un beso al silencio:
eco sin carmín



Murió al nacer
era verde y breve:
la esperanza



Muerdo a solas
tu recuerdo; ese pan
de cada día



Pisas despacio
las sombras de mi barro;
llueves mi alma



Me haces falta
y no me queda más que
contar sílabas





Manuel López Gil
(Madrid, España)




buscando el mar
navegas por el río
brizna de hierba



grifos abiertos
el río se desangra
cada mañana



en soledad
el corredor de fondo
sufre calambres



en el otoño
al besar la hoja el suelo
solloza y muere



frío en la noche
la gota de rocío
nace de la hoja



noche de fiesta
el humo del cigarro
envuelve sueños





Mar
(Zaragoza, España)




Río de besos
desborda mi corazón
en primavera



Al mirarte
tiembla la cascada
siento el hielo



La luna intuye
mirando en el balcón
la ausencia



Junto a la puerta
tu figura
mi ansiedad



Entre mis dedos
sintiendo la seda
de tu cabello



Brillo de noche
recoge encendido
mi pensamiento





Maramín
(Valencia, España)




Muy lentamente
encogiendo las sombras
el sol se asoma.



Resina seca,
corteza de los pinos
perfuma el aire.



Calor de agosto,
abrasado el rastrojo,
sierran chicharras.



Parque infantil,
esqueletos de hierro,
muertas estatuas.



El tiempo marca,
la golondrina migra
acaba otoño.



Rozando el agua
libélula sedienta,
salta la carpa.





Marcelo Gobbo
(Buenos Aires, Argentina)




En la penumbra,
la luna que se apiada
del mar oscuro.



Tuve a mi padre
alzándome en el aire
sobre estas olas.



Ver cómo viene
la ola plateada y, luego,
resaca rosa.



Faro apagado:
memoria de una noche
de lluvia y frío.



Los pescadores
se aferran a sus líneas
para no ahogarse.



El viento grita
y no es el mismo viento
que susurraba.





María Auxiliadora Ramírez
(Miranda, Venezuela)




Negrísimo tren
manchado de granadas
detente, no más.



Después del golpe
la rana llora triste
no me perdono.



No llores -dije.
Está muerta -contestó.
No, sólo duerme.



Soldados muertos
transforma el zamuro
en un banquete.

(zamuro: pequeño buitre negro sudamericano)



En Tacarigua
las piraguas de jazmín
se hunden, se van.



Lágrimas verdes
caen sobre el loco;
feliz bailarín.





María Teresa Cabal
(Santa Fé, Argentina)




Gotas de rocío
lavan atormentadas
almas culpables.



Cenizas y polvo
quedense allí. Los sueños
vuelven conmigo.



Tus ojos ya no ven.
Mis brazos recogen tu
postrer suspiro.



Otoños pasados
herrumbran recuerdos de
idas primaveras.



Eran dos en uno
entre la tibia arena
y el ritmo del mar.



El mudo idioma
de tus cálidas manos
me estremeció.





Max de Gorbitz
(Lima, Perú)




En un cerezo
flor a punto de abrir
su nombre Maya.



Gotas de jade
abrazan su muñeca
mi esperanza.



Bruma temprana
su piel de pétalo
calor de hogar.



En el silencio
miradas contenidas
el sol riente



Oh luciérnaga
mi estrella hermana
lluvia de amor.



Su pelo danza
aromas de azahar
soplo de vida.





Méliès
(Sevilla, España)




Persigue en zigzag
el gorrión a la mosca
para comérsela.



La lluvia cae,
ondea el charco de agua.
No me reflejo.



Ten cuidado
no pises la hilera
de hormigas negras.



De niño jugué
a esquivar las gotas que
caían del cielo.





Mestre Egidio
(Pará, Brasil)




Brasil, nordeste
seca inclemencia...
la misma muerte.



Es la amazonia
vida, exhuberancia.
El gran río.



Pampa; pradera,
amplios horizontes
mate, churrascos.



Playas, jangadas
montañas y sabanas.
Hospitalidad.

(jangadas: rústicas embarcaciones de madera usadas por los pescadores de la provicia de Ceará, Brasil)





Miguel Lorenzo
(Montevideo, Uruguay)




El rancho mudo
queda blanco escuchando
una chicharra.



No hay apuro
por el cielo indeciso
abriendo estrellas.



El río un plato
y el martín pescador
pronto a quebrarlo.



Las nubes corren
el humo va tras ellas
yo en la ventana.



Techo de chapa
en dedos de la lluvia
música de cámara.



Me sobra el tiempo
y me faltan palabras
¿es ya el invierno?





Mirta Urdiroz
(Buenos Aires, Argentina)




Bajando suave
paz otoñal cantaba
el gris ruiseñor



Devoradoras
olas de pañuelos y
adioses ocres



La rama lloró
ahora espera quieta
el corte final



Escondido está
entre fósiles pasos
un espejismo





Nanook
(Sevilla, España)




por los sonidos
se conoce el otoño
por los olores



¡silencio!
avanza el caracol
por su senda



primeras gotas
el pez se difumina
en el estanque



tarde de invierno
en rosas olvidadas
yacen los sueños



para admirar
el rocío en la hierba
he de agacharme



lluvia de otoño
¡desde el mar remontándose
hasta las nubes!





Nereida García
(Santo Domingo, República Dominicana)




Dos hojas secas,
danzan con el viento.
Tarde de otoño.



El viento sopla.
Los peces nadan suave,
bajo el sonido del mar.



La ceiba grande
ilumina el paisaje.
Canto de ciguas.



La grama verde.
La primavera
regresa otra vez.





Palmira
(Valencia, España)




Veo encenderse
el pino en la mañana.
Faro del bosque.



Contra la luz
el grito de la gárgola.
Clamor oscuro.



Sesión de cine.
Sin ti, qué duro el brazo
de la butaca.



Destella el sol.
Las sombras son serpientes
en la hora blanca.



Leo tu libro
y es tu mano difunta
la que subraya.



Cubierta de hojas,
la calle se estremece
como un estanque.





Pascal Quero
(Francia)




sola en el suelo,
florecida esta mañana
- la malvarrosa



en el estanque,
tres tortuguitas rodean
a una cerveza



estątua de un ángel -
a sus pies,
una paloma vuela



el Sena en Vetheuil,
gabarra hacia el mar - olas
en las orillas



mano de mi hijo,
paseando - despacio,
pasan árboles



vereda de lluvia,
pliegues de su relieve
- reflejo de árbol





Rafael García Bidó
(Santo Domingo, República Dominicana)




La casa sola.
Por la puerta abierta entra
luz de la luna.



Rocío en la hierba
y niebla en la montaña.
Comienza el día.



Niebla invernal.
Sobre el pasto mojado
huellas de unicornio.



Ocho teticas
para cuatro perritos.
Nadie se queja.



Huele a incienso.
Las buenas intenciones
llenan la casa.



Rachas de frío
y lluvias que no cesan,
oh primavera.





Raijo
(Murcia, España)




Árbol muerto;
aún da al paraje
su quietud.



A la sombra
del cielo nublado
está lloviendo.



Ay, empapadas
en los charcos, qué duras
mis esparteñas.

(esparteña: alpargata hecha de cuerda de esparto)



De viento que se va
está hecho ese vuelo
de hojarasca.



Mi indefensión
dejo ver a los pájaros,
tan temerosos.



¡Ah!, el mar:
desde aquella ola
hasta la playa.





Sergio García Clemente
(Santa Cruz de Tenerife, España)




Cae la noche:
un espejo ciego
me observa.



Camino solo
nada me alegra más
que mi compañía.



Mancha de grasa
el mar se enfurece
contra las rocas.



Brisa helada:
también de aquel sueño
querré despertar.



Brota el alba
hoy no me aterra
el nuevo día.





Setsufu
(Madrid, España)




Una débil luz
perdida en la niebla.
Noche profunda.



Ya no se mueve
el agua en el cubo:
flota la mosca.



Nubes plomizas
y árboles sin hojas
surgen del lago.



La misma brisa
que apagó la vela
trajo el frescor.



Noche límpida:
el perro también viene
a ver la luna.



Ya sólo quedan
montañas y estrellas:
Viejo almacén.





Soledad Jiménez Zubillaga
(Ciudad de México, México)




Tarde apacible...
mis gafas sobre tu libro
¡mantis religiosa!



Almohadilla de olor,
para soñar requiero
de tu sobaco.



La vida en arco
se tensa en tu beso
y me disparas.



En mi garganta
el placer que nos damos
se tensa y canta.



Cierras los ojos...
en el supremo goce
mi imagen hurtas.



Con cuánta gracia
se corona en tu cetro
minúsculo anís.





Sylvia Simonet
(Salto, Uruguay)




Sobre los campos
lento declina el día.
Paz infinita.



Fina llovizna.
En las ramas del pino
brotan mil perlas.



Viento que sopla,
caballos que galopan:
libertad pura.



En el naranjal,
a la hora del ocaso,
¡cuántos soles hay!



Entre los pastos
cayó un lucero verde.
Es un cocuyo.



En el silencio
el tic-tac de mi reloj.
Falsos latidos.





Wanda Rzonscinsky
(Buenos Aires, Argentina)




un rayo de sol
que tus manos crearon
juega en mi cama



tus ojos verdes
primavera mágica
soy florecida



¿duerme la noche
vacía de tu perfume
si estás conmigo?



me perdonará
la llovizna imprudente
si abro el paraguas





Xalethia
(Ciudad de México, México)




Brillante fulgor
iluminando centro
cálido pirilampo

(pirilampo: en portugués, luciérnaga)



Duele el alma
sufrir llega al mundo
¡es Argentina!



Los transeúntes
se ven desconcertados
¿volverá la paz?



En papel liso
envuelvo el corazón
cárcel sin tinta...



Montañas altas
en neblina húmeda
cuando me tocas



Vencidos por amor
centros entrelazados
...no más tristeza





Yeisy
(Miranda, Venezuela)




"La lluvia"

Es tristeza,
es amor, ella trae
mensajes del Señor.



"Río"

No crezcas más,
tus aguas inundan
mi humilde hogar.



"Araguaney"

Eres un bombillo
que brilla sin
ser encendido.



Verde montaña
me inspiras desde
mi ventana.



"Pasión"

Ven y apaga
ese fuego que me
quema por dentro...



"Resignación"

No te he visto,
¿te fuiste? ¡ah, verdad!
te moriste...





Zeco
(Buenos Aires, Argentina)




Luz por la ventana;
mi aliento mueve
el polvo suspendido.